domingo, julio 01, 2007

Hoy estuve pensando en unas cosas gigantescas que son las fotocopiadoras, o sea, ese tamaño no tiene razón de ser. Porque tiene el mismo tamaño desde el día que se inventó, no ha evolucionado nada. Hechas con ese material como de los años ochenta color vainilla, poroso que no dura limpia ni un día, ese aparato va a estar en un lugar inhóspito y hostil, que lo hagan de un color más sufrido, es como ir a la guerra no el trajecito de primero comunión… ¡no va!.
Estás máquinas van a estar en el lugar más hostil del planeta, “las tiendas de fotocopias” posiblemente uno de los lugares más horribles de nuestro planeta con ese ruido constante, con ese calor raro y mecánico que hay en las fotocopiadoras, con un olor a sudor de folio, con una iluminación de tubos fluorescentes que no sabe si encenderse o no.
En ese lugar terrible vive el reprógrafo, se llama así, la ciencia de la fotocopiadora se llama reprografía y su profesional es el reprógrafo que es un nombre igualmente horrible, es como un insulto “reprógrafo”, “tu padre es un reprógrafo”. Pero el pobre reprógrafo es un alma torturada, el reprógrafo macho por ejemplo que ha perdido ya la sensibilidad en sus ojos, que tiene las pupilas hechas mierda por mirar directamente la luz de la máquina por tanto tiempo. Pero eso puede usarse como un súper poder, por ejemplo, mirar a los eclipses sin una radiografía. Porque igual sabemos muy poco de la luz de las fotocopiadoras, las verdad es que nada, bueno si una cosa, que no broncea, porque si se fijan bien en el rostro de los reprógrafos están esmaltadas con la blancura lúgubre de el folio, esa blancura extrema, casi radiactiva, o sea, yo creo que si se apaga la luz los reprógrafos brillan en la oscuridad, bueno , pero también esta la mujer reprógrafa por que ¿alguien se pregunta como es la mujer reprógrafa?… la mujer reprógrafa suele tener el mal del dinosaurio de Toy Story; manos pequeñitas y ágiles arriba pero según se baja se van enanchando . Quizás ahí se justifica el tamaño de la fotocopiadora.
Pero por eso cabe decir que el reprógrafo macho tanto como la reprógrafa hembra son seres superiores, casi semidioses porque son capaces de hacer cosas imposibles, por ejemplo, una fotocopia del carné por lo dos lados y que coincidan en un solo papel, yo lo he intentado y es imposible, porque para hacer algo así hay que haber nacido para eso, tener un don.
Es un arte la reprografía, pero ese arte poco a poco se está perdiendo porque la fotocopiadora, ese instrumento a tenido una hija que le va a quitar el puesto, la “impresora” porque la impresora es una fotocopiadora que ha estudiado informática. Pero uno no puede fiarse de la impresora porque es caprichosa, a veces nos aprecia y nos dice un piropo como por ejemplo “tiene usted una cola de impresión” pero a veces se enfada también y se pone tonta y dice “la impresora no responde” y tu le hablas y le dices, oye soy yo, el de la cola de impresión pero no pesca. Ahí mi duda es, ¿es la impresora lo que dice eso o tiene un representante que tiene la impresora? que dice: “no cabro sorry pero la impresora no responde”, y en esa ingenua arrogancia viven las impresoras…pero una noche vendrán los operarios de las fotocopiadoras ultrajados, una noche vendrán los reprógrafos y reprógrafas tomados de las manos brillando juntos en la oscuridad y mirando a través de las paredes para llevarse a todas las impresoras a un lugar secreto y volverán a dominar el mundo.