lunes, mayo 28, 2007

Hay una cosa que con sólo mencionarlo me da calofríos, el jabón líquido de luca, porque uno toma el jabón de luca que tiene las mismas peculiaridades de un jabón liquido normal, salvo una, no hace espuma, uno se lo aplica y es casi lo mismo que frotarse con mayonesa, de hecho, yo creo que la mayonesa de luca hace más espuma que ese jabón.
El problema principal de estos envases de jabón es el tamaño desmesurado que tienen porque son unos envases gigantes y cuando se acaban uno no lo quiere reconocer.
Uno está en la ducha, apreta el envase y comienza a reclamar imitando un ruido de dudosa procedencia característico de los humanos luego de comer algún alimento “hinchador”, ejemplo claro, Porotos con rienda, por decir algo, y mientras más lo apretas más ruido hace, como si el envase se estuviera burlando con cochinadas, uno sigue apretando sin reconocer que el gigantesco envase de jabón líquido se acabó. Y ahí se nos ocurre una idea genial, dejar el envase dado vuelta, que es como torturarlo, uno vuelve al día siguiente, estás listo para ducharte, tomas el jabón, lo apretas en tu mano y sale un chorro de jabón, luego lo apretas de nuevo y suena nuevamente el irritante ruido, lo apretas y lo apretas hasta que viene un silbido del envase parecido a un piar de un pollito. Ese es el ruido que indica que ya hay poco por hacer. Ahí uno se aterroriza y viene una segunda idea genial, llenar el envase con agua, que es un error bastante craso, por que el envase enfría el agua en su interior y al día siguiente uno se va a bañar, agarra el envase y te lanza un corro gélido que parece que te corta por la mitad, ahí tampoco queremos reconocer que se acabó el jabón y viene la tercera idea genial, rajar el envase con un cuchillo para aprovechar lo que está pegado a las paredes, pero lo triste es que nadie piensa es que ese envase de jabón liquido deja una familia, porque todo envase de jabón adulto deja un pequeño envase de jabón liquido hijo, ese pequeñito envase de jabón de promoción que es una copia idéntica de su padre y que viene adosado a su padre cual pequeño envase de jabón Koala agarradito y sujetado por una huincha amarilla que dice oferta. Pues este pequeño envase se queda huérfano, y sólo piensa en vengar la muerte de su padre, porque se fijan que uno apreta uno de estos envases y se sale todo el jabón, luego lo sueltas, el envase vuelve a recuperar su forma y todo el jabón vuelve a su interior. Yo creo que estos pequeños envases de jabón líquido, que vienen segados con sed de venganza se afirman fuertemente del fondo para hacernos pasar un mal rato.