viernes, octubre 07, 2005

PASCUEROGRAFIA
El segundo domingo de cada diciembre como siempre nos enfilábamos a la plaza de armas a tomarnos la tradicional foto para el álbum familiar con el viejito pascuero, siempre buscábamos al de la barba natural y al de los renos de cartón que no parecieran perros con arestín, siempre estos viejos tenían los mejores lugares bajo un árbol que los protegiera de los rayos solares que en esta época se dejan caer sin piedad rostizando todo lo que esta a su paso, sin importar si lo que cocinaban eran esos ancianos que se disfrazaban del mitico y querido viejo pascuero, yo siempre supe que esos viejos pascueros eran falsos por la descuidada barba de algodón que tenían algunos que con la transpiración se volvía cada vez más pelucienta y se les comenzada a cae dejando al descubierto unas gruesas patillas negras y sus rostros morenos que no se parecían en nada al rostro anglosajón del viejo pascuero de la coca -cola . Luego de ese ritual que no demoraba más de dos minutos esperando la instantánea los cuales se hacían eternos esperando que los niños pequeños se calmarán y dejaran de llorar para poder tomar la vendita fotografía y esperando que esos niños llorones le digieran al viejito lo que querían para navidad lo cual al hombre no le importaba mucho ya que su cara revelaba una cada de indiferencia evidente que disimulaba con una falsa sonrisa, siempre antes de la foto mientras el fotógrafo te acomodaba para la foto el falso viejo pascuero te pregunta - Se a comido toda la comida - y yo siempre le decía que si, para ese señor yo era un niño ejemplar pero todo lo que le contaba eran mentiras ya que ese señor no tenia derecho a meterse en mi vida privada, luego me preguntaba - como se a portado con su hermano - y yo volvía a mentir. - bien viejito, bien - y ni hace cinco minutos nos habíamos puesto a pelear. Luego con un aire de arrepentimiento pensaba, no me ira a castigar Diosito y no me llegue nada para navidad por mentirle a este señor que casi ni conozco y esta siendo tan gentil conmigo. Bueno pero igual le mentía ya que como este señor no era el real viejo pascuero y como sabia que mis regalos ya estaban comprados, envueltos y escondidos en una bolsa negra baja la cama de mis papás no me preocupe de mentirle a las barbas de algodón. Cuando por fin tomaron la foto mi hermano que no le tenia mucha simpatía a estos tipos de personajes y como también había visto los regalos se bajo rápido de sus rodillas y se fue a mirar en la pileta de agua por si cazaba algún pirigüin, mi hermana que ya era una adolescente en ese tiempo le daba mucha vergüenza salir en la fotografía, pensando que ese registro podía ser visto por uno de sus pretendientes lo que nunca sucedió pero en fin siempre tuvo ese temor, acordándome ahora de eso, las fotografías casi siempre duraban un año y luego desaparecían sospechosamente, pero bueno por que culparla a esta altura, como siempre, yo quedaba solo con el viejo pascuero y el me hacia la clásica pregunta mientras mi hermanos arrancaban del ridículo, - que quiere que te traiga para la navidad mijito, acuérdese que no tiene que ser algo que no sea muy caro mire que hay re tanto niños en el mundo y me tiene que alanzar la platita para todos - y miraba a mi papá como haciéndole un favor, yo como ya sabia lo que me iban a regalar le daba la lista de todas las cosa que había visto bajo la cama para que mis papás se sintieran bien al haber comprado lo que exactamente yo deseaba. luego de esa bochornosa foto nos íbamos a la catedral a darle gracias al tatita Dios por haber pasado de curso y todas esas cosas que uno pide cuando es chico, siempre con un paquete azul de velas que las vende una señora a fuera de la catedral gritando - para pagarle la mande a la virgencita, para pagarle la manda a la virgencita - lo cual no tenia ni un sentido ya que dentro de la iglesia no se podían prender las velas solo las tenias que dejar en un canasto que estaba en el altar, mi mamá que siempre a sido muy católica cuando entra a la iglesia, la que sea, recorre todos los santos rezándoles a cada uno de ellos con una creencia incondicional, yo siempre la acompaño de la mano en el recorrido de los mirando como ella pareciera tener una conexión directa y celestial con esos seres divinos, en esos momentos su rostro parece que se iluminase, era algo muy especial. Mi hermana siempre se quedaba a fuera viendo las cosas que vendían, escogiendo y dejando listo el pedido para cuando mis papás salieran y así poder ahorrarse el tiempo de elección que a esa hora del almuerzo y con casi un millón de grados de calor se hacia insoportable. Ya después de haberse puesto al día con las mandas, pagadas o renegociaciones con la carmelita pasamos a recoger la foto, como siempre mi mamá dice - que lindo salieron estos cabros chicos - mi hermana mira la foto y como todos los años dice la misma frase - no se la muestre a nadie mami por favor - y mi hermano como siempre corriendo a la pileta a ver lo pirigüines, los cuales no existían en ese lugar pero el los venia e incluso pillaba algunos de ellos y los ponía dentro de una botella para llevarlos a casa.
De ahí pasábamos a servirnos algún vituperio al portal pero sin antes pasar a comprar la típica novedad de año que siempre era un juguete de poco valor que era como el anticipo de los regalos de navidad, recuerdo que esa vez mi papá nos compró unas espadas de plástico que tenían agua con papeles de colores en su interior que al moverla los trozos danzaban y formaban figuras que a uno lo hacían alucinar. al llegar la portal como siempre subíamos hasta el segundo piso de la fuente de soda y mi papá pedía un shop grande para hidratarse y aminorar los casi dos millones de grados que hacían en ese momento y un lomito completo, a nosotros como éramos chicos solo nos compraban una porción de papas fritas la que ni la comíamos con el afán de estar combatiendo con las espadas de He-Man que ya de tantos golpes les quedaba la mitad de agua.
PD. la identidad del menor será de caracter reservado